POLINESIA
Supuestamente, La Polinesia es la región del mundo que tiene el tatuaje como tradición más amplia. Las diferentes tribus utilizaban los tatuajes como ornamentación corporal, sin que pierdan su fuerte sentido familiar. Los tatuajes comenzaban a edades muy tempranas y se extendían hasta que quedase el cuerpo totalmente cubierto por pigmentos. No sólo requería un sentido estético, sino que iba mucho más allá; el tatuaje otorgaba jerarquía y propiciaba el respeto público a quien los llevaba grabados en su piel. Por ello, cuanto más tatuado estaba alguien, más respeto se le debía.
De manera específica, los maoríes empleaban el tatuaje para la contienda. Las pinturas reflejadas en la piel aportaban a su conocida estrategia de asustar a sus adversarios. La práctica de tatuar se extendió durante miles de años y adquirió un punto culmen perfeccionando objetos geométricos. El tatuaje era usado para reconocer a un individuo. Además, indicaba el trascurso de la adolescencia a la madurez.
EGIPTO
En cuanto a lo que sabemos de Egipto, eran sobre todo las mujeres las que se tatuaban. Al tatuaje se le otorgaban funciones mágicas y protectoras. El carácter sobrehumano de los tatuajes no fue propio únicamente de Egipto: muchas culturas le concedieron este poder a los tatuajes. Por ello se tatuaban las mujeres; para demostrar coraje, los hombres las marcaban, para manifestar que eran de su propiedad.
AMÉRICA
En América del Norte, los indígenas usaban los tatuajes como una pieza del ritual de paso. Cuando una persona se encaminaba desde la pubertad a la madurez se le tatuaba con la intención de preservar su alma. No obstante, ésta no era la única forma ritual que se hacía del tatuaje en esta región.
En América Central, las tribus utilizaban los tatuajes como evocación de los caídos en contiendas y como forma de adorar a los dioses.
En América del Sur, las tribus indígenas también tatuaban sus cuerpos, pero no de forma permanente. Los pigmentos que utilizaban estaban creados con flores y grasas vegetales de animales, que daban nuevos tonos que añadían a sus rituales de manera temporal con significados igual de profundos e incorpóreos, de los que se despojaban una vez finalizaba el rito.
LEJANO ORIENTE
Sobre el siglo X a.C., el tatuaje apareció en Japón. A partir de su introducción en la cultura nipona, los tatuajes abarcaron sectores cada vez más poderosos, hasta llegar a un Emperador en el siglo V como adornación corporal.
Destaca su utilización estética porque en Japón existía la tradición de determinar el tatuaje para marcar a los delincuentes. Esta marca tenía el objetivo de hacer que estas personas fuesen repudiados y marginados toda su vida y donde quiera que fuesen, por llevar la marca de la "vergüenza" consigo. Suikoden es una novela china que fue traducida al japonés en el siglo XVII. Este libro consiguió innovar el interés en el tatuaje, y alcanzó una forma popular de decoración y de coleccionismo.
En Japón se ha constituido una de las tradiciones sobre los tatuajes más importantes del mundo. Sin embargo, el emperador Matshuito, prohibió la práctica del tatuaje en el año 1842. Esto ocurrió debido a que al país le interesaba abrirse al mercado mundial y su intención no era dar al mundo exterior una imagen que podría considerarse atroz.
MEDIO ORIENTE Y ZONAS COLINDANTES
En la India, África del norte, Pakistán, Yemen, Irán y Oriente Medio, la alheña, ohenna o jena es una tinta natural de color bermejo utilizado para el pelo y que asimismo se usa en una técnica de coloración de la piel, llamada mehandi. Se hace con la hoja seca y el rabillo de Lawsonia alba Lam.. Los patrones del mehandi son bastante arduos y se destinan como ornamento nupcial e algunas culturas.
OCCIDENTE
A Occidente, llegaron los tatuajes a través de vía marítima. Las expediciones del capitán James Cook a las islas Polinesias y de Colón en América fueron el comienzo del tatuaje hacia Occidente. Los marineros tuvieron contacto con con los maoríes, los indígenas amerindios y demás tribus que les mostraron el arte del tatuaje.
A su regreso, los marineros estrenaron sus estudios de tatuajes propios y divulgaron esta disciplina entre los sectores populares. En el año 1846 (Nueva York) inauguran lo que supuestamente fue el primer estudio de tatuajes.
Durante la Guerra de Secesión el arte de tatuar se experimentó un crecimiento notable y se popularizó. O'Reilly, el inventor de la máquina de tatuar, fue entre otros encargado de hacer de la práctica del tatuaje una profesión.
Sin embargo, el tatuaje no se liberó completamente de su tradición despiadada. Durante la Alemania nazi (ejemplo entre otros), el tatuaje se destinaba para marcar a los prisioneros en campos de concentración.
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